BCCCAP00000000000000000000749
Es decir, que el Hijo de Dios se hizo también Hijo del Hombre, para que los hijos de los hom– bres pudiéramos llegar a ser hijos de Dios. Así es como El, Jesús, tiene la condición de «Pri– mogénito ,entre muchos hermanos» (Rrn 8, 29). Y así es como nosotros, por El, tenernos unas posibilidades y un porvenir que de ningún modo hubiéramos podido soñar. - «El Espíritu Santo y nuestro propio espíritu nos están dando un testimonio concorde: que somos hijos de Dios; y, si somos hijos de Dios, hemos de ser también herederos: herederos de Dios, coherederos con Cristo» (Rm 8, 14-17). ¡Qué obra la de Dios a favor de los pobres des– cendientes de unos viejos pecadores: Adán y Eva! Una obra llevada hasta el más insospechado final. Final tan absoluta e impasablemente último, que toda la Eternidad será corta para cantar al Autor de tal empresa. 303,
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz