BCCCAP00000000000000000000749
en estos días tan difíciles, a la dejadez práctica se ha unido la desvalorización teórica... ¿ Qué van a ofrecer entonces a los hombres los obligados a testimoniar? O malas «repeticiones», sin vida ... , o charlas humanistas, o soflamas so– ciopolíticas (de una pseudoteología de «la Libera– ción»), o ... ; en vez de realidades divinas vivas y convincentes, un conjunto de otras cosas, en or– den a las cuales los hombres no tienen mucha ne– cesidad ni de la Iglesia, ni de sus ministros, ni de sus militantes. Con certera sabiduría cristiana, don Manuel Az– nar, auténtico hombre de pro en la inteligencia y en los servicios prestados, respondió así cierto día a una cuestión que se 1~ presentaba: «Cuando me hablan de algún cura que 'da gue– rra', en seguida pregunto: '¿Hace oración?' »Si me dicen que sí, quedo tranquilo; más pron– to o más tarde, acabará él centrándose en lo que debe, para lo que debe. »Si me dicen que no, ya no me interesa; sé que hay en él más de comisario político que de sacer– dote.» Gracias, don Manuel. Ha hablado usted mejor que un libro. 251
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz