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forma y acrecienta el Pueblo de Dios», no es ejercitado debidamente? No apunto con esta pregunta a la manera o estilo de presentar la Palabra -que en esto no creo que haya hoy más deficiencias que ayer-, sino al contenido ... Sobre cuál ha de ser ese contenido no caben dudas. Las palabras del Concilio están bien ex– plícitas: «A todos, pues, se deben los presbíte– ros para comunicarles la verdad del Evangelio ... Su misión está siempre no en enseñar su propio saber, sino en transmitir la Palabra de Dios e in– vitar a todos, con viva instancia, a la conversión y a la santidad». Ahora, si ponemos despierta atención al «ha– blar» de bastantes sacerdotes en la Iglesia, po– dremos ver lo que va «de lo vivo a lo pintado» ... ¿Cuántos son los que ya no saben hablar más que de - promoción, desarrollo ... , - liberación de oprimidos, justicia social. .. , - democracia, derechos humanos ... , - valores de la persona, libertad y liberta- des ... ? ¡ Grandes temas todos ellos y merecedores de que se les consagren afanes y fatigas! Pero no hasta el punto de que sobre ellos planee de con– tinuo la palabra ministerial del sacerdote... Si los hombres llegan a tener la impresión de que eso es cuanto puede ofrecer el cristianismo, de que a eso se reduce nuestro ponderado Misterio de Salvación, mejor es ir haciendo las maletas y desaparecer decorosamente a tiempo, antes de que los hombres estén demasiado hartos de nues– tra inutilidad... , porque para tales «logros» no 218