BCCCAP00000000000000000000747

74 FRAY CANDIDO DE VIÑAYO, O.F.M. CAP. Se entrevistó un día con el Santo y negó todo cuan– to le había oído predicar. Llegó a tanto su atrevimiento, que tuvo la osa– día de hacer al predicador una propuesta brutal. Y así le dijo: -Si quieres que yo crea en este misterio de la Eucaristía no tienes más remedio que demostrár– melo con un milagro de esos que dicen que haces tú. Yo te juro que viendo el milagro estoy dispuesto a creer en tus palabras y a convertirme. Fray Antonio elevó a Dios su corazón y le pidió la gracia del milagro exigido para poder convertir a aquel hereje. Y puesta en Dios su confianza res– pondió: -Elige tú el milagro. Espero en Dios que será realizado. Bonvillo, engreído por la ocurrencia que había surgido en su mente, se atrevió a proponer al Santo algo inimaginable, seguro de que el milagro no se había de efectuar. Y así dijo a Fray Antonio: -Yo tendré mi mula tres días sin comer. Pa– sados los tres días, yo le ofreceré un buen pienso, y tú le presentarás eso que llamas Sacramento. Si la mula, sin hacer caso del pienso, se arrodilla y adora la Hostia, entonces yo creeré y doblaré mis rodillas para adorarla. Dicho y hecho. Era un día de mercado. La plaza estaba repleta de gente : pescadores, campesinos,

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz