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130 FRAY CANDIDO DE VIÑAYO, O.F.M. CAP. muerte no hubiese arrebatado tan prematuramente su vida. Tenía gran capacidad y preparación para ser gran escritor, naturalmente que al estilo de su tiempo. Sus escritos ponen de manifiesto su Ciencia Teoló– gica y Mística. Sabe manejar de una manera admira– ble la Sagrada Escritura y los Santos Padres, en es– pecial San Agustín. San Antonio fue escritor; pero en sus escritos ante todo buscaba la gloria de Dios y la edificación de las almas. Esto es lo que terminantemente mani– fiesta en el prólogo de sus sermones. Con todo, estos sermones servían de orientación en su tiempo a mu– chos predicadores noveles que carecían de libros en donde inspirarse para su predicación. Estaría muy bien que diéramos a saborear a nues– tros lectores algunos de los sermones, pero esto no cabe en los límites de esta pequeña biografía. Nos limitaremos a copiar algunas breves palabras de su sermón sobre la Anunciación de la Virgen Habla de la hermosura de María y comentando un texto del Cantar de los cantares, dice: ((Hermosa (fue la Virgen) por la humildad, amiga de la caridad, llena de dulzura por la contemplación, como la Jerusalén celeste en la cual habita Dios, y Virgen por la habitación del mismo. El que a mí me dio ser --dice el Eclesiástico- reposó en mi taber– náculo, esto es, en mi seno».