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ANTECEDENTES HISTORICOS .. . 49 gió a Barcelona y Cumaná, a pedir limosna de ganado vacuno. A los 27 días de viaje, agotadas totalmente las provisiones, se hallaron per– didos en el monte, sin poder atinar dónde estaban; pero quiso la Di– vina Providencia que los hallaran unos indios, quienes afablemente los llevaron al propio pueblo y desde allí los encaminaron al término dd viaje. Diferentes personas devotas y principalmente los Francisca– nos Ob_servantes de Piritu les regalaron hasta cien r eses vacunas (al– gún his,toriador precisa más, diciendo que fueron 90 vacas y 10 toros), reunidas entre diversos hatos de la región. Al cabo de dos meses lle– gaba a Suay el intrépido Prefec to con tan original y valiosa limosna (69). Fué establecido, pues, en Suay el hato el año 1725. Viendo los Mi– ~ioncros que el aumento <le ganado era considerable y las sabanas de Suay insuficientes para alimentarlo, resolvieron trasladarlo a lugar más npropiaclo y formaron el ya célebre "Hato de la Divina Pastora". Que los h echos correspondieron a los cálculos de los Misioneros, lo dice el citado Coronel Alvarado, que pasó varios meses en el pro– pio hato de la Div_ina Pastora y se informó minuciosamente de todo, dejándonos tan preciosos pormenores para conocer la vida intim•a de i::i.s Misiones de Guayana, sin los cuales hubieran sido para nosotros poco menos que una incógni,ta insoluble. "Uno de los beneficios, dice, y utilidades que rinde el hato principal y los accesorios, es 'proveer de toda carne fresca y lazajo que necesita el comun de las Misiones, no solo para los Padres, sus sirvientes, mayordomos y agregados, sino tam– bién los vaqueros con sus familias, y todo Yndio que la pide y está necesitado". !Nos habla de "haitos accesorios", porque el traslado del ganado o del tasajo, desde la P astora a las Misiones distantes, consu– mía muchas caballerías y era muy incómodo y costoso; de ahí que, para obviarlo en lo posible, dispusi,eron hacer hatos menores, que pu– dieran ser atendidos por los indios (el de Pastora tenía un mayordo– mo no indio, con los indios necesarios) en las Misiones de Caroni, Suay, Altagracia, Cupapuy y Miamo, para abastecimiento de ellas y de las más inmediatas. Con esta m edida, además de la economía de caballe– rías, gastaban menos sal, tenían carne fresca en esas Misiones, y los Misioneros que las servían -podían aprovechar la leche. Para no tener que comprar bestias de carga, tanto para atender a los hatos, como para llevar las provisiones a los Castillos de Guayana, cuyo abastecimiento dependía de un todo de las Misiones, resolvieron (69) Informe del Padre Prefecto, Agustln de Olot. del 3 enero de 1744, ~n P. Rionegro, Relaciones de las Misiones. t. II, pg. 245. - Informe del Sr. Diguja, en p. Rlonegro, Misiones d,e les PP. Capuchinos, cits., pg. 120. - P . Lodares, t. II, pgs. 338, 207 .- El Coronel Alvarado, en su interesante informe de 1755, di,ce que el hato en cuestión comenzó el afio 1725 "sobre el pié de troscierutas vacas de vien– tres". Esta citfra es indudablemente er~ónea, ya sea suyo el error, ya del copista.

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