BCCCAP00000000000000000000745
las dificultades amilanaron su espíritu; el calor, la llu– via, las inundaciones eran de sigriificancia nula para él. ¡Cuántas veces se le vio trabajar metido en los fanga– les con el agua a la rodilla! Mas la gota horada la pie– dra, y dichos factores quei'lraron su férrea naturaleza de un manera fulminante, falleciendo el 19 de diciembre de 1931 en Tucupita. ¡Descanse en paz el infatigable Mi- . ' s10nero. 2.-LAS PERICIAS DE UN MAL PRACTICO. Hecho este tributo de justicia, salimos de la Misión, desandando lo andado por los caños Araguaimujo y Ara– guao, y nos metimos poi· Caño Grande, siguiendo el curso de las aguas. La expedición la formábamos: el Vicario Apostóli– co Monseñor Nistal, la madre Micaela con otra religiosa misionera, dos indios de Araguaimujo, el que esto escri– be y el práctico con el mecánico de la lancha, que era Mogollón. Omitiré el describir lo que vimos, pues todo se re– duce a esto: árboles y más árboles, alguna rara avis y, de trecho en trecho, cierta mansión de criollos, que por allí han establecido sus reales, resignados a vivir mise– rablemente en lo material y espiritual. A las cuatro horas de navegación llegamos a El To– ro, un caserío que en su tiempo fue pueblo, cuando la ex– tfacci ón del balatá le trajo hombres y dinero; pero hoy no hay ni lo uno ni lo otro, porque tal producto se ha declarado en quiebra. Lo mismo tenemos que decir de Curiapo, si bien ee– te aún conserva algunas ·casas más, ]as cuales ofrecen un 68
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz