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Quedaron tan gustosos de la fiesta que hube de es– perar al día 16 para celebrarles también la del Carmen. Como no había imagen de este título de la Santísi.ma Vir– gen, lo solucionamos poniendo dos escapularios a una del Rosario. Querían que siguiese algunos días más entre ellos; tan ansiosos se mostraban ahora de ofr la palabra divina. Pero las obligaciones me llamaban clamorosas a otros campos. Regresé con el amigo Méndez a su predio; de aquí a la casa de la cita anterior; de ésta a San J oaqttín, de San Joaquín a Valencia, de Valencia a Carabobo, pre– dicando , bautizando ... Eran tantos los muchachos -algunos de catorce y dieciséis años- que estaban sin las aguas xegenerado– ras, que me vi obligado a bautizarlos por tandas de dieci– ocho y de veinte. Esta era una empresa ardua, fatigosa y, en medio de todo, divertida, porque uno lloraba, otro se huía, éste pataleaba como un cabrito entre los brazos de sus padrinos, aquél se quitaba el paño, escupía la sal o me apagaba la vela de rabia. 9.-A CASARSE POR ALT'O, Entregado me hallaba a la taera de bautizar tanto hereje, cuando me avisan que afuera había un hombre venido de otro campo, el cual deseaba hablar conmigo. -Que pase. Un joven con polainas, espuelas y fusta en mano se cuadró delante de mí. -¿ Qué le trae a este lugar? -Bendito Curn: Nosotros hemos sabido . que usted anda por estos asientos casando y bautizando, y en el 43