BCCCAP00000000000000000000745

L DEL CIELO AL SUELO 1.-NUEVE PERSONAS ERAMOS. OS trabajos y privaciones inherentes a la vida mi– sional se llevan casi sin sentir cuando el misionero es joven, de naturaleza robusta y ánimo denonado. Pero la gota, cayendo constante, horada la piedra. No tenía yo más que tres años trochando por aque– llas selvas -otros tres había corrido por las regiones de El Interior o Yuruary-. Unas fiebres persistentes me obligaron a pedir cambio por una temporada a otro sitio mejor. La concesión de los Superiores vino con este único reparo: que próximo a llegar a Santa Elena estaba UD afamado médico de Caracas, el cual iba con intención de examinar las condiciones sanitarias de algunos caserío, indígenas y dictar los remedios oportunos; y que yo, co- 226

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz