BCCCAP00000000000000000000745
mundo, esa convivencia con seres que nunca habían visto un hombre civilizado, soy sorprendido por unos golpes lejanos de tambor que poco a poco se van acercando. Era gente de otra choza que subía por el río. Después de una breve pausa o silencio, oigo ruido de pasos en la parte afuera del rancho. Ninguno de los de adentro habla o se mueve; parece que es algo conocido ya de todos. En esto, empiezan a sonar cadencias de música extraña, melancóli– ca, pero rítmica ... Era la serenata que, sin ayuda de ins– tn1mcnto, dej aba caer dulcemente de sus labios un ruido indígena, desgranando los sentimientos amatol'Íos en los cuales se hallaba su corazón enredado. Vibró la voz con pasión ... Quedaron después un rnto flotando las notas en el aire diáfano de la noche con la elegancia con que flo– tan los pajaritos chupaflores ... Desvanecióse hasta el eco ... Volvió a reinar el más profundo silencio. Tuve la fo1·tum1 de lograr por la mañana que me re– piÜeran las estrofas y el canto,' y las recogí por escri to. Aunque las publiqué ya en otro folleto, no puedo resis– tirme a transcribirlas aquí parn gozo de los lectores . PUENIN l . - Ualwkú yetún etaké, ueruchi uakukú, akararumpa:-uyá. 2. - Tunaima imoinerí uenaire u-tei.kó ; ay-euán retema-uya. 3. - Murén ke a-repá topé mekata.yí ; kotí epuireman topé. l . - Oye el canto d'e la pa– yo, paloma torcaz, [loma estoy llorando. 2. -De la ,;oven Tiinaima me fui detrás ; vuelvo a tu seno. 3. - Para darte el niño ofrecido; pe-ro vamos a honrarlo. 199
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz