BCCCAP00000000000000000000745

creemos todo lo que tú nos dices; queremos ir al cielo)). Les vi derramar lágrimas, y me las hacían derramar a mí, cuando cantaban enternecidos el cántico: María Mazarén, Jesucristo Dan, lna dan morí, ka po tekouansén; taré non, po iná tuarimá, iná karaumá, iná eremaqué. Taré non po iná tuarimá, iná karaumá, ka poná iná areke. Virgen María, Madre de Jesús, madre nuestra que estás en los cielos, aquí en la tierra nosotros sufrimos, nosotros lloramos, mira por nosotros. Aquí en la tierra nosotros sufrimos, nosotros lloramos, llévanos al cielo. ¿Qué dirían ante este cuadro los humanitarios indi– genistas que se oponen a la civilización del indio, por– que es más feliz, dicen, en el estado en que está? Es– to sólo lo pueden defender los que no han venido a ser testigos y partícipes de su sufrimiento. Que el indio no apetezca otra vida mejor aun aquí en la tierra, sólo lo podrán pensar los que no quieren de– jar su molicie para venir a procurársela. El corazón del indio es humano como el nuestro, y siente todos los an– helos del nuestro, y tiene derecho a todo aquello a lo cual nos creemos con derecho nosotros. 171

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz