BCCCAP00000000000000000000745

3.-CARENCIA HASTA DE LO NECESAR IO. ¡Luepa ! ¡Ilusión de mis encantos y desencanto de mis ilusiones ! Antes de ir a Luepa, ¡fantasías alentadoras! Para llegar a Luepa, ¡caminos de penitencia! Al llegar a Luepa, ¡realidad aplastante! En Luepa no había más que lo que ven los ojos o pueden tocar las manos; ni un aleteo detrás de aquella pobre realidad; cuatro casuchas circulares de barro, con techo de paja, sobre una explanada árida cerca de la que– bradita que apenas vale un carrizo -y su nombre de Lué lo significa-, en una de las cu;les vivían los re– ligiosos dichos con seis indiecitos de ocho a doce años, y en las otras, tres familias indígenas, que por todo su– maban quince .individuos. ¿ Rancherías vecinas?... Helas aquí con sus pelos y señales: Al Este: Pumoientamopué, a 6 kilómetros de distan– cia, con 13 habitantes; Sekumarayektá, a 20 kilómetros de distancia, con 10 habitantes. Al Sur: Kamuarán, a 25 kilómetros de distancia, con 45 habitantes; Araparikén, a 20 kilómetros de dis– tancia, con 12 habitantes; Uradaipé, a 50 kilómetros de distancia, con 23 habitantes. Al Oeste: Parupa, a 12 kilómetros de distancia, con 27 habitantes; Maparutá, a 30 kilómetros de distancia, con 16 habitantes. TOTAL: Menos de doscientos indios en una superfi– cie de mil quinientos kilómetros cuadrados sin caminos ni vehículos de locomoción. ¡Qué campo de acción más halagüeño ! Pero aquellas pocas almas en tan dilatado 130

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz