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HORNO ARDIENfE DE CARIDAD 3:7 decimiento de la Virgen al Señor de las misericordias en– carnado por nuestra salvación y también por Ella, que ab aeterno fue redimida con una redención preventiva an– tes de caer en la culpa original. No es posible que nosotros podamos comprender e) gozo y las delicias de María al pensar que fue elegida desde la eternidad para ser Madre del Verbo Encarna– do y al prodigar a Jesús, su Hijo verdadero, los cuidados maternos de la más amante de las madres. ¡ Qué deli– cia llevarle, tratarle, asistirle, cuidarle ! Cierto que sufrió lo indecible desde la profecía de Simeón hasta la crucifixión en el Calvario; pero esas penas fueron compensadas por los gozos y alegrías de ser Madre de Dios. Nadie mejor que ella conoció los secretos del Corazón divino, las amorosas palpitaciones del tierno Corazón de Jesús. Nadie mejor que ella experimentó la dulzura y el amor de Jesús. Nadie mejor que ella se conformó al Co. razón de su Hijo. ARTICULO 11 El Corazón de.Jesús, delicia de San José, su padre putativo San José fue destinado por la Divina Providencia para ser esposo castísimo de la Virgen Inmaculada. Dios le concedió las cualidades que eran convenientes para tan elevada misión. El Evangelio le llama justo (18), no sólo en el sentido de la virtud de justicia, sino en sentido de santidad y rectitud. Instruido por el Angel del misterio de la Encarnación, desaparecieron sus dudas y se aumentó (18) Mat., I, 19.

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