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HORNO ARDIBNIB DE CARIDAD 271 aceptando y reconociendo voluntariamente su imperio, sino atestando de hecho que, si el don fuese nuestro propio, nosotros le ofreceríamos a El y que humilde– mente pedimos que no le desagrade recibir de nosotros todo lo que a El pertenece. Jesús, dándonos su Corazón, que antes nos ha amado, desea, en cambio, el nuestro. Nosotros le damos lo que nos dio. En esta donación completa y libre se complace. Su Corazón es la síntesis de su divina caridad hacia nos– otros; nuestra consagración libre y completa es la síntesis de nuestro amor para con El. Una consagración que sea como una fusión de nuestros intereses con los suyos, de nuestro amor con el suyo, de nuestra vida en la suya.