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CAPITULO III SAN LEONARDO DE PUERTO MAURICIO Y EL VIA CRUCIS Uno de los promotores más fervientes del Vía Crucis y que le dió forma definitiva fué el insigne predicador italiano y franciscano San Leonardo de Puerto Mauricio ( t 1751). En sus misiones populares, que empezó ha– cia el 1712 hasta su muerte (1751), con ar– diente celo y admirable constancia recomendó en público y en privado esta devoción. En más de 572 lugares erigió las estaciones del Vía Cru– cis (1). Empezó por el convento del Monte de las Cruces, en Florencia, con el apoyo del Gran Duque Cosme III. Por espacio de siete años él mismo lo dirigía y predicaba con gran fruto de las almas (2). (1) Cfr. Opere complete, vol. II. Venecia, 1868, pJgs.. 201-211. (2) Cfr. ANTONINO A SANT-ELIA A P1AN1s1, O. F. M. cap.: De pio Viae Crucis exercitio disquisitio histon·ca juridica et ritualis, pág. 31. Romae, 1950. - 83 -