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Sin contar varias obras inconclusas, no publicadas, cuenta en su haber una lista de más de veinticinco libros de carácter histórico, lingüístico o misional, entre los cuales se encuentran: Gramática sucinta de la lengua pemona (Madrid, 1968). Los pemones, su hábitat y su cultura (Caracas, 1978). Diccionario pemón-castellano y castellano-pemón (Caracas, 1978). Fray junípero Serra (Caracas, 1985). Jesucristo Ekare Ware (Caracas, 1987). Beato Pedro de San José Betancur (Caracas, 1987). Venerable padre José de Carabantes (Caracas, 1988). Id también vosotros a mi viña (Cacaras, 1990). El don del Espíritu Santo (Caracas, 1990). Sus sandalias hicieron nuestras fronteras (colaboración) (Cara- cas, 1991). Todavía en los comienzos (Caracas, 1993). Kavanayén, su pequeña historia (Caracas, 1993). Son algunas muestras de su fecunda producción. (Una rela– ción más completa de sus obras se puede ver en BOP 66 -1995- 149-151 ). De estatura más bien pequeña, porte físico menudo y poco llamati– vo, la moderada pequeñez de su cuerpo hacía, sin embargo, buen juego con lo grande de su espíritu y el calibre de su inteligencia. No era difi– cil adivinar una sonrisa aflorando en su rostro de tez acentuadamente morena. Hombre animoso y entusiasmado con sus ideas misione;as, fue orto– doxo en sus realizaciones. Tuvo muy presente en la vida que la oración es el alma de todo apostolado eficaz. En su trabajo como obispo misio– nero aceptó la necesidad de tener coadjutores y colaboradores, pero no suplentes ni delegados; por eso estuvo siempre en primera fila para cumplir sus obligaciones. 471