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Octubre Ya en Caracas se acentuaron los achaques de la salud y se hicieron cada vez más patentes las carencias cardiorrespirato– rias. Hubo de ser hospitalizado con reincidentes mareos a causa de un edema pulmonar a mediados de octubre de 1995, siendo preciso ingresarlo en cuidados intensivos a causa de su grave– dad. Permaneció cinco días en observación tras haber sufrido un accidente con una sonda que le provocó lesiones con fre– cuentes hemorragias. Al fin superó la crisis, le dieron de alta y regresó a la residencia de La Florida. El día 22 de octubre se hizo precisa una nueva hospitalización, y el día 23, al finalizar la tarde, su corazón dejó de latir definitivamente. El día 25 se celebraron las exequias solemnes en nuestra iglesia de La Chiquinquirá, siendo presididas por el nuncio de S. Santidad que estuvo acompañado por el cardenal Alí Lebrún, el arzobispo de Caracas y el secretario de la Conferencia Episcopal. A continuación salió el féretro hacia Ciudad Bolívar, donde se celebraron nuevos funerales por el arzobispo de la ciudad, Mons. Medardo Luzardo, y el día 26 el féretro fue tras– ladado en una avioneta de Edelca a la misión de Kavanayén. El capitán indígena de Kavanayén había solicitado expresa– mente a los capuchinos que Mons. Mariano fuera enterrado en aquella ciudad, gestionando la avioneta para trasladar sus res– tos. Fue un homenaje póstumo al obispo que, durante veintio– cho años, había llevado en su escudo un avión de plata de la línea aérea venezolana volando sobre el «Churún merú», el salto de agua más alto del mundo, situado en el Caroní. (El «Churún merú» es el salto del río Churún, afluente del Carrao que a su vez lo es del Caroní. Es también conocido como «Salto de Ángel»). En reconocimiento a su labor cultural y misionera fue con– decorado con la Orden de Francisco Miranda, Orden de Andrés 468