BCCCAP00000000000000000000710
ces padre Bienvenido) se colocaba en el centro y, con una vari– ta en sus manos señalaba aleatoriamente al alumno que debía comenzar a exponer el tema. Debían seguirlo los que estaban a continuación, y las calificaciones dependían del ritmo de la «recitación»: el alumno que «se calaba» era retirado de la circu– lación y colocado en el grupo de los torpes. Todos sabíamos que las notas bajaban un punto cada vez que los estudiantes eran retirados al «aparcamiento».. . Quizá el método fuera, pedagó– gicamente hablando, un poco anticuado; pero resultaba muy eficaz para obtener los mejores resultados. Al hermano Mariano le había atraído siempre la vocación misionera; y tuvo la suerte de ver cumplidos sus anhelos cuan– do, el 7 de febrero de 1948, fue destinado a las misiones de Venezuela. El 27 de marzo se embarcó en Cádiz, arribando a Caracas el día 19 de abril. Y el 20 de junio se encontraba ya en Upata, que fue su primer destino en la misión del Caroní. En esta su primera residencia desempeñó el cargo de secretario de Mons. Constantino Gómez Villa -de quien fue sucesor- así como el de rector del seminario indígena allí establecido y pro– fesor, en el mismo, de humanidades y teología. En 1954 se abre el centro misional de Kamarata, en la Gran Sabana, y es trasladado a Kavanayén, continuando al frente del seminario y como profesor de filosofía . En este centro desem– peñó también el cargo de superior y cuasipárroco, ejerciendo también como Superior Regular desde 1957 a 1963. Fueron importantes las obras materiales llevadas a cabo en este tiempo. Estos cargos no fueron óbice para su dedicación simultánea a otras actividades adicionales de las que salió muy beneficiada la misión, pues resultaban muy necesarias para su manteni– miento. Así, desde 1954 a 1968 fue agente de la Línea Aero– postal Venezolana; y desde 1955 a 1980, tanto residiendo en Kavanayén como en Kamarata o Santa Elena, fue director del 465
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz