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salud física y mental. Su progresivo deterioro se umo a una amnesia espacio-temporal que le llevó a una pérdida de control en sus actividades y le impidió el ejercicio normal de su minis– terio. Pasó algunas temporadas viviendo alternativamente en Santa Elena o en la Chiquinquirá de Caracas; pero su estado psicosomático seguía quebrándose de manera irreversible. En estas condiciones solicitó a los superiores su regreso a España. Y a la patria regresó a comienzos del verano de 1991. Aquí pasó una temporada de vacaciones, experimentando una clara recuperación; pero decidió continuar en España, sien– do destinado a la fraternidad de Gijón. Su incorporación a la vida normal con la ocupación de su tiempo en los menesteres sencillos de la casa, útiles sif'mprf', pero exentos de las responsabilidades de un cargo, le devolvie– ron parte de su vitalidad perdida. Ante la aparición de algunas dolencias estomacales, realizó un viaje a la enfermería provincial de Madrid para que los médicos le realizasen un chequeo. Los especialistas observaron algunas anomalías y le aconsejaron someterse a una interven– ción quirúrgica. Ya recuperado, regresó a su fraternidad de Gijón. Fueron varias las visitas que siguió realizando a la enfer– mería para nuevos controles y revisiones; pero felizmente podía regresar a Gijón para retomar sus ocupaciones e incorporarse a una vida casi normal. El día 15 de octubre de 1997, en una de sus revisiones ruti– narias, los médicos le aconsejaron que volviera al día siguiente, preparado para su ingreso en el sanatorio Virgen de Begoña de Gijón, pues debía ser hospitalizado. Sin experimentar graves dolencias y mientras se estaba esperando el diagnóstico de los análisis realizados por los espe– cialistas, le visitó la hermana muerte de manera casi imprevista, antes de que fueran dados los resultados de las pruebas. 459