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de la dirección de la JUFRA, de la OFS y de la Acción Católica. Escribió en Auras y fue responsable de la revista Siembra durante cuatro años. En 1979 fue destinado a León como Director del colegio menor San Francisco, desempeñando este cargo hasta 1984. A partir de esta fecha, su afección bronquial no le permitió continuar al frente del colegio, siguiendo, no obstante, en el convento de León, dedica– do a la predicación y ayudando en el culto de la iglesia. Una enfer– medad del corazón le obligó a disminuir su actividad, siendo internado en varias ocasiones. El 30 de enero de 1989 fue ingresado en el Hospital de San Juan de Dios a consecuencia de una crisis cardíaca, falleciendo a la edad de 60 aflos, 42 de vida religiosa y 35 de sacerdocio. La vida del P. Máximo no fue especialmente notoria ni destacó por cualidades especialmente llamativas: fue uno de esos religi,osos que supo hacer sencillamente lo que tenía que hacer. Sin hacer demasiados alardes de sus cualidades, tenía buenas dotes de educador, y le gustaba el trabajo entre los jóvenes y sabía inculcarles con sencillez las virtudes cristianas y el espíritu apostólico. Fundó la JUFRA en Manzanares, consiguiendo, du– rante algunos años, una actividad muy floreciente. BIBLIOGRAFÍA: BOP 42 (1989) 52 s; AO 111 (1995) 173. 84