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Febrero . del P. Arsenio, al final del trienio en que había desempeñado el cargo de Ministro Provincial: sucedió en las cercanías de Puertolápi– ce (Ciudad Real). Él mismo recordaba así el resultado del accidente: Los coches... ni para el desguace; mis huesos..., creo que voy a tener proble– mas de identificación cuando suene la trompeta del juicio final. De hecho, los chivatos electrónicos de los aeropuertos detectaron, en más de una ocasión, objetos metálicos en su cuerpo, de los cuales n i él mis– mo se acordaba. Su restablecimiento fue sorprendentemente rápi– do; su salida de este percance, providencial. El P. Arsenio, el in– separable compañero con el que tantas veces se había reído de su propia sombra, le recordabajocosamente esta historia para el recuer– do, en una carta que le envió a finales de septiembre de 1991: «... Eres un superviviente - le decía-y siempre lo serás. Ayer, por teléfo– no, mencioné un libro de historietasfamiliares que han publicado los nava– rros. Me olvidé de contarte la única anécdota que trae de otra provincia. Se refiere a dos Provinciales de Castilla, uno entrante, otro saliente, bárbara, mortalmente aporreados en una carrera: el uno, por las que había hecho; el otro, por las que iba a hacer... » En el Capítulo de 1978 fue destinado al convento de Salamanca como profesor, Director del colegio y Vicario de la fraternidad. (Previamente se había ofrecido para marchar a México, con el fin de trabajar en la implantación de la Orden en aquellas tierras que pu– sieron a disposición de nuestra Provincia de Castilla.) En 1979 fue trasladado a Roma, incorporándose, como miem– bro permanente, al Instituto Histórico de la Orden. En 1984 fue nombrado Vicepresidente y, en 1986, Presidente de dicho Instituto. Así participó en la valiosa ayuda que han prestado a la Orden otros beneméritos religiosos de nuestra Provincia de Castilla. Ya durante su estancia en Santa Marta como profesor había comenzado a sentir las primeras molestias de lo que después fue diagnosticado como un cáncer de colon. Una magistral intervención quirúrgica del profesor Vara López le permitió olvidar esta enfer- 120

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