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·Por entontamiento unas veces, las más por ignorancia, vemos aplicar el calificativo de "personalidad" al deportista de reciente renombre cuya• primera fama la adquirió por su gran capacidad para ingerir bebida; y se le aplica al cantante meloso e indiferenciado que se cree en el derecho de mostrar sus tacones al público en un gestó de niño con– sentido; y al revolucionario testarudo que odia todo lo que alcanza por el hecho de ser del pasado, y al político adinerado que ata a su carro a unos cuantos hambrientos con ganas de acallar los tirones que les propina l:>U estómago ... Está mal tener por personalidad la mera resultancia de la actuación humana en sus diversos estratos. Sería una cosa dada por él mero existir. Pero es más funesto confun– dirla con una lista más o menos profusa de aditamentos físicos y de propiedades de se– gundo rango como pueden ser unos contun– dentes puños, una voz acaramelada o una vestimenta coloreada, bien para un clown de circo que tiene que hacer reir- a los peque- ños: · Para quien haya admitido en el programa de su vida el esfuerzo y la superación le digo que la personalidad es la suma de un traba- jo diario disparado hacia la aceptación de los otros. Erick Fromm usa los conceptos de . "asimilación y socialización" y Harry Sulli- .van de "relaciones interhumanas". Y Kunkel, siguiendo el pensamiento de Ortega y Gas– set, dice que se es una personalidad en la medida que se da el paso del "yo" al "nos– otros". Es decir, cuando uno sale de sí para mirar e interesarse por su contorno humano. Por eso es que esto no es para el egoísta. ("Oriente", 1972). 148 -