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678' (( A L V E R N I A )) l. MODOS DE ORAR QCE SCELEN PRECEDER A LA CONTEI\-1PLACION INFUSA La oración puede ser i-ocal, si se hace con palabras; mental, si se verifica .sólo con las po– te:icias interiores. La on,clon mental se suele lla– mar m.editacion. La nwditación puede ser espon– tánea y metódir.;a, según que se haga libremente o con sujeció;1 a normas ctete::::na1adas. La ora– ción mental rm;tód:ca puede rea:izarse en confor– midad con lac normas o métodos adoptados por las diversas escuela::, de espiritualidad, v. gr., do– minica, franciscana, ignaciana, sulpiciana, etcé– tera. Hay no pocas almas fervorosas que pasan de estos modos ordi:1arios de or::ci· mentalmente a otros más elevados. Es necesario para la dirección espiritual tener algunas nociones de estos modos de orar. l. De la oración afr:ctiva.- Después que un largo ejercicio de mcclitación discursiva y metó– dica ha enriquecido la mente de conocimientos sobrenatura:es, y a la voluntad de multiplicidad de afectos, bastará para convern.:er al entendimien– to y para mover la voluntad poco tiempo de re– ilexión y medilacion. Como 1lor del asiduo tra– bajo de penetración y de convicción, brota natu– ralmente la oración afectiva. Esta no es otra co– sa, como su mismo no,nbre indica, que la ora– ción mental, en la cw1l prsdominan los piadosos afectos de la voluntad, por los que se manifies– tan a Dios los deseos de amarle y glorificarle. El alma, movida por el amor de Dios y la her– mosura de la virtud, se eleva más fácilmente con ansias amorosas hacia D~os para adorarle, bendecirle, darle gracias, amarle, pedirle perdón, suplicarle gracias y dones. Los afectos suelen ser múltiples y variados en un principio; luego se van simplificando y reduciendo en el número y en la variedad. Esta no es una oración infusa, pero se puede considerar como un estado de tran– sición ,de la oración discursiva a la contemplativa.