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DÍA IX.-«DIES UNIONIS IIIYSTICAE)) 657 Se proponen métodos diversos, normas, reglas, etcétera, para hacer con provecho esa medita– ción metódica. Todo ese conjunto de reglas y métodos es bueno, sobre todo para los principian– tes; pero no son obligatorios; es necesario no li– garse demasiado. La vida espiritual no se ha de convertir en lineas geométricas ni en fórmulas algebraic2,s. El espíritu de Dios obra libremente y cuando quiere y como quiere. Se debe tener santa libertad, sin caer en el extremo contrario de despreciar o abandonar todos los métodos dis– puestos para facilitar más la meditación y ha– cerla con más fruto. d) Oración-contemplación.-Cuando el alma ya no discurre sobre las verdades sobrenaturales, si– no que las ve como intuitivamente, las contem– pla amorosamente, se pone con mirada fija y amorosa a contemplar y gustar las cosas divinas, se llama contemplación. Acerca de la naturaleza, las especias, grados, efectos, condiciones, señales de la contemplación, no es posible detenerse aquí. Todas las cuestiones que se refieren a la contem– plación mística son de muchísima importancia para los religiosos y principalmente directores de almas. Acerca de ellas, se deben leer, estudiar y consultar los grandes maestros de la Mística para proceder con seguridad en estos caminos. La ciencia, la prudencia, la práctica ayudarán mu– cho en estas vías sublimes de la perfección. En– tre los muchos autores que tratan de la Mística, recomendamos con preferencia S. Bernardo, S. Buenaventura, Santa Teresa de Jesús, S. Juan de la Cruz, S. Francisco de Sales, Fr. Juan de los Angeles y Fr. Francisco de Osuna. Los sacerdotes, confesores y directores deben estudiar la Teología Mística, informarse bien de sus principios, estar al corriente de ese movi– miento moderno en favor de un misticismo sano y verdaderamente cristiano.
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