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DÍA IX.-«nms UNIONIS l\TYSTICAE)) 655 neras de orar, pero las formas más comunes se reducen a las siguientes clases: a) Oración mental y vocal.-La oración men– tal se hace sin palabras sensibles; es una con– versación interior. Todo acto interior que tenga por fin el conocimiento, el amor y la elevación del alma a Dios es oración mental; tales son, por ejemplo, el recogimiento, la consideración, el discurso, la contemplación, el examen, el impul– so hacia Dios, las peticiones, los actos de amor, de reconocimiento, etc., cuando parten del cora– zón y no se exteriorizan con palabras o gestos. Cuando se manifiestan con palabras o gestos se llama rocal y externa ... Esa oración vocal puede ser libre y espontánea, según los pensamientos, sentimientos y afecciones del orante; fija o este– reotipada, con fórmulas ya determinadas, ora– ciones escritas. Que la oración mental deba acom– paflar a la vocal, es una cosa evidente. El hom– bre no debe ser como disco de gramófono, que no sabe lo que recita o canta; debe ser hombre atento y reflexivo... Clamé del fondo de mi co– razón; escuchadme, Señor (22). La mayor parte de las oraciones litúrgicas son vocales estereoti– padas, como también muchas jaculatorias y de– vociones aprobadas por la autoridad de la Igle– sia e indulgenciadas. b) Privada y pública.-La privada es personal, individual, que uno ofrece en nombre propio por sí o por otros. La pública tiene varias acepcio– nes. Se dice pública cuando oran varios juntos co:cctivamente, cuando se reúnen los fieles en un lugar público, v. gr., la iglesia; cuando se hace un::, ceremonia o función pública, como una pro– cesión, un Te Deum en acción de gracias; cuan– do se hace en nombre de la Iglesia, como los sacerdotes c¡ue dicen el Oficio y ofrecen la Misa en nombre de la Iglesia universal; y otros signi– ficados puede tener también la oración pública. La oración pública, sobre todo si se hace en nom- (221 Clnmni'i in tato C'OTclP meo exaildi me, .Domine. fs. CXVIII. 145.