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654 ((ALVERNIA)) contrito y humillado (16); Tened misericordia de mí según la multitud de tus misericordias (17); Señor, tened misericordia de mí, oraba el publi– cano, y salió del templo justificado _(18). d) Impetratorio.-El hombre es un indigente; por sí mismo no puede nada, necesita en todas las acciones el concurso divino o la gracia sobre– natural. Si quiere conseguir los bienes, tiene que acudir a la fuente inagotable de la divina bon– dad. Dios es nuestro Padre celestial. océano in– finito de todo bien; Jesucristo es nuestro Reden– tor y Mediador; el Espíritu Santo, nuestro Ins– pirador y Santificador: la Virgen Inmaculada, nuestra Abogada y Medianera universal; los An– geles y Santos. nuestros nrotPctores. Es neres::i– rio pedir, rogar constantemente a Dios por los méritos de Jesucristo y la intercesión de Maria Santísima y de todos los Angeles y Santos, los bienes eternos y temporales, los bienes del alma y los del cuerpo, si nos convienen. El real Profeta exclama frecuentemente en los Salmos pidiendo a Dios auxilio: Yo soy un pobre 'J.! un necesita– do 09): Seiíor, corred a ayudarme (20); Escu– chad, Señor, mi plegaria; atended a mi ora– ción (21). Es indudable que la oración tiene también otros fines particulares, pero fácilmente se pue– den reducir a los cuatro indicados; los fines se– cundarios serán como facetas o derivaciones de estos fines primarios de la oración. Conocida la naturaleza de la oración y los fi– nes que se propone, vamos a ver las formas o modJs de orar, las especies de oración qu0 hay. Diversos modos de oración.-Hay muchas ma- ( 16\ Cor contritmn et hwniliatum Dens, ne despi– cies. Ps. L. 18. (17) Miserere mei Dcus sccundum 111ag11am misericor- diam tuam. Ps., L. l. (18) Luc., XVIII, 9 y s!gs. (19) Ego egenus et paupcr sum. Ps. LXIX. 7. (20) Deus in adiutorinm mcmn intencle: Domine ad aiurandnm me fcstina. Ps. LXIX. l. Exrrurli. DPus. cleprecationem 1neam.; intende /!/Cae. Ps. LX, l.

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