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205 - Nunca, sin embargo, la Visita ha de hacerse tan rápidamente que resulte poco menos que atropella– da (1). 2.º-Amonestaci6n y corrección de los frailes. TEXTO: (((Los Ministros) 'Visiten y amonesten a sus frailes, y humilde y caritati'Vamente l·os co– rrijan, no mandándoles cosa alguna que sea contra su ánima y nuestra Regla.>> 323. La 1ey n¡;¡tural, no la Regla, impone a todos los Superiores la obligación grave de amonestar a los súbditos defectuosos y c.orregirlos cuando fuere nece– sario. No se olviden los Superiores de que son ((Mi– nistros y sier'Vos» de los demás frailes, y de que sus amonestaciones y correcciones han de ser hechas con amor e interés de padre que sinceramente se duele de la caída del hijo, y con cariño y misericordia Je ayuda a levantarse. «Así como quien se empeña en lavar de– masiado una herida llega a sacar sangre, de la misma manera, quien corrige sin caridad no cura sino que encona la llaga del alma» (2). 324. Si las amonestaciones y correcciones paternas no bastaren, es preciso echar mano de los castigos, como lo hacen los p;:idres contra los hijos contumaces e incorregibles. Las penas o castigos llamados pater– nales pueden ser impuestos por el Superior local ; mas l.as penas canónicas sólo el Superior mayor puede im– ponerlas, observando, por lo general, para aplicarlas los mismos trámites que se requieren para un proce– so criminal .(3). (1) Orden., n. 287. (2) Cfr. J(azemb.-lglesias, cap. X, cuest. J.ª, pág. 215.– Bulsano, n. 483. (3) Cfr. Constit. n. 225-226.
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