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54 Lo portentoso deí P. Esteban de Adoain El militar· se irguió sobre sí n:ismo, como se yergue el león para acometer. lrguióse también el mjsionero como un Profeta. Tomó la palabra antes que hablara el adversario, y habló del peligro de eterna condenación de la moribunda. Expuso el rigor de la justicia divina, cuyo brazo castiga fulminantemente a los que despre, cian su misericordia. Describió con ternura la clemencia del Buen Pastor, que busca solícitamente las ovejas perdidas ... Ante San León Magno se humilló el bárbaro Atila. Y ante el Padre Esteban de Adoain sintiose subyugado, anonadado el soberbio expresidente. Pocos minutos después recibía la moribunda los auxilios de la Religión. El mismo día el expresidente de la república de Venezuela cayó de rodillas ante el misionero confesando sus extravíos y prometiendo vol– ver a la vida de austeridad cristiana. Este suceso . produjo honda impresión en toda la República de Venezuela. (Consta en la Declaración jurada del Padre Martín de San Martín de Provensals y se halla consignado en el Boletín ·Eclesiástico de Pamplona, Tomo XIII, Año 1880, pág. 373). Lo hallamos también en otras varias Biografíás del Padre Adoain publicadas a raíz de su muerte).
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