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46 Lo portentoso del P. Esteban de Adoain un apóstol de tan elevada categoría como el Padre Es– teban, de tanta constancia en e l trabajo, de tal austeri– dad y abnegación, haya sido enriquecido por el Cielo con carismas extraordinarios para edificación del pue– blo cristiano. I DON DE CONTEMPLACION La oración mental divídese fundamentalmente en meditación y contemplación. La primera es razonada; e investiya. La segunda ad– mira · simplemente. La contemplación es simple visión de la verdad terminada en el amor. (Sto. Tomás Summa, 2. 2. q. 180 a . 3). La gracia de la contemplación suele ser concedida por Dios a las almas versadas en la meditación y en la práctica de la virtud; y no a los remisos en la labor de perfeccionamiento espiritual. A tan precioso don del Señor precede mucho desasimiento de cosas y afectos terrenos, mortificación de pasiones, y va· acompañado del hábito de sufrir por Dios resignadamente,_ (An't. a S. S. Directorium Mysticum, Tractat. III. p. 229). El éxtasis es una elevación del alma a los bienes ce– lestiales; y suspende la acción ordínaria de los senti-

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