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110 mún, que si así hubiera sido; se habría dado cuenta de que algo serio y digno de respeto debe haber en creencias profe– sadas, estudiadas, defendidas por millones de creyentes du~ rante 20 siglos de lucha incesante y de que por lo menos, es una ligereza imprudente el desecharlas por el pobre bagaje de ideas incomprendidas que encierra el cerebro de la juventud. Y pasa V. a decirme que «no cree en la moral como pre– cepto divino, pero que la cree necesaria para la sociedad, a la cual debe imponérsele sea como sea.» Le confieso que me deja viendo visiones ante la enormidad y falta de lógica de . semejante afirmación. Con que Vd. que según dice, cree en Dios ¿no cree que Dios nos obligue a ser morales? Por muy iflperfecto que a ese Dios se le imagine, supongo no llegará a tanto, como para mirar con indiferencia el que seamos bue– nos, honrados y morale¡¡, para no desear que hagamos el bien y evitemos el mal. Eso no puede ser, mi amigo. Dios dejaría de ser infinitamente bueno y es por eso por lo que todos lleva– mos impreso en el alma el instinto moral que nos indica lo que debemos y no debemos hacer y sentimos una voz que nos con– dena cuando faltamos al deber y es por eso también que cuan– do claudicamos y cometemos una inmoralidad cualquiera, to– dos instintivam.ente procuramos encubrirla y justificarla con falsos razonamientos y sofismas. Lo contrario no lo encontra– rá V. sino en seres cínicos y degenerados, vergüenza de la so– ciedad en que viven. Y esta conciencia del bien, este instinto de una moral innata, inmutable, eterna, que existe de&de que hay hombres sobre la tierra, no es obra del hombre, ni siquiera de la socie– dad, como lo afirma la escuela sociológica deDurkhein y Levy– Bruhl, es obra de Dios, autor de la naturaleza, que porque es Bueno, nos quiere buenos y porque es eterno, necesario e in– mutable, ha puesto en la conciencia esa tendencia inmortal al bien. Por este lado, mi querido amigo, la moral es un pre– cepto divino, precepto sin ruido de voces, ni aparato de Có– digos, pero no por eso menos real.

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