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104 el objeto de la Cristalografía, no son sino el resultado de un juego de atracciones moleculares bien definidas en cada sis– tema y que obran siempre en el mismo sentido, dando por re– sultado la misma forma del cristal. Un poco más arriba apa– rece la materia viviente, organizada, con sus fuerzas, dirigi– das todas a la realización de un fin, que es la conservación del individuo y de la especie; y en esta materia viva, que nada tiene que ver con los pueriles experimentos de Le Duc y Herrera, empeñados en reproducir químicamente la vida, tene– mos primero los vegetales con su organización cada vez más complicada y perfecta y por encima de ellos, en una variedad sorprendente, los animales con su sensibilidad, su movilidad, e instintos a veces admirables, que no tienen aquellos y por encima del animal, el hombre con su razón, su conciencia, su libertad, compuesto misterioso de materia y espíritu. De modo que el conjunto del Universo visible presenta esta escala de seres en perfección creciente. Mineral, vegetal, animal, hombre. Pues bien, mi amigo, cuando se considera esta curva ar– mónica de perfecciones ascendentes y vemos que se detiene de repente en el hombre para de ahí saltar a Dios, se siente que la distancia es demasiado grande; que entre el hombre y Dios hay algo así como un vacío, una laguna; que la curva se– guiría subiendo sin solución de continuidad y naturalmente, si después del hombre, compuesto de materia y espíritu, hu– biera una criatura inmaterial o meramente espiritual, pero in– ferior a Dios. De este modo, lo visible tendría su prolonga– ción natural en lo invisible y este mundo de seres espiritua– les serviría como de puente para unir el último de ellos, que es el hombre, con Dios, que es el primero y más perfecto. El célebre Monsabré, que además de teólogo era un formidable filósofo, sentía la fuerza de este argumento, cuando en una de sus Conferencias de Paris exclama: «¡Oh ángeles! yo tengo necesidad de creer en vuestra existencia. Sin ella el mundo sería para mí lo que un cuadro sin perspectiva, lo que un re-