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P. Eusebio Villanueva Sábado-Domingo: 23-24 Oct. 1993: GUAR– DIA DE NOCHE EN EL ALBERGUE L a tarde se va enrrollando, recogiendo, cuando me voy para el Albergue. Las gentes llenan.de imposibles las calles. Es justo y agradable la hora de dar una vuelta. O de cumplir adelantado con la Misa de mañana. O de iniciar la noche. El cielo se carga de sombras y las nubes se contienen. Yo avanzo apresurado, que es mi ritmo. Los vitrales se ancienden aquí y allá, arriba y a bajo. Y la noche comienza a ajedrezarse de iluminados ventanales. Al llegar al Albergue me comunican que el señor del carrito no se encuentra bien. Anda escarallado de un montón de cosas en cabeza, tronco y extremidades. Está con un poco de trago, y todo se le ha complicado: vomitera, escalofríos e insomnio. Por supuesto metido en cama en plan sauna. Charlamos y le abandono al reposo y la recuperación de calores. Menos mal, éste es de los que tienen la pelleja dura. Todo pasará, como una mala noche. A él le fabricaron sólido, macizo de carácter. Con las Hermanas tenemos la Eucaristía en su capilla. Hoy nos centra e interpela la celebración en torno al gozo y el compromiso misionero. Hablamos de la vocación en el Carisma Amigoniano. Hablamos con Dios y de Dios... Da gozo celebrar así y aquí, tan en fraternidad con El. .. Me admira el gran sentido de oración espontánea que viven estas Hermanas. Cosa que en Suiza admiré en muchos Pastores Protestan– tes... Es de calidad muy superior al "rezón" sacristanero. ¡Gracias Hermanas! La tele entra en volumen de decibelios: está servido el partido de futbol en la pan– talla. Algunos espectadores ya "clavados". Los demás llegando y paseando por el patio en la espera de la cena inminente. Algunos con cara de "jarrillo" más o menos subido. Las voces también algo subidas. Uno me comenta entrando al comedor: 88 - Y ¿qué vas a hacer todo el día fuera y sin dar golpe, de comida a cena? A mí me gustaría tomarme unos cubalibres, como cuando las cosas iban mejor, pero ahora no hay con-qué y hay que agarrarse a los "tintos". Así no hay quien viva. ¿No le parece a usted? - A mi me parece más bien que no, que eso no da para mucho. Pero comprendo que ha de ser que sí. Porque la vida no puede vivirse a palo seco. Y como dice