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Las 5 llagas del Señor Amor, que es la verdad de todas las cosas, de toda vida. ¿Por qué vienes Tú, Señor del Establo? Dínos tu NOMBRE y noso– tros SABREMOS quiénes somos... Nos habla el Profeta lsaías: 9, 1-6. Voz del Pobre: No es sólo de hoy que la vida de los hombres sea hacer llorar las piedras. Voz del Enfermo: No es sólo de hoy los emigrantes, las personas desplazadas, la inseguridad, la dependencia... Voz del Preso: 800 años antes de la Primera Navidad, el pueblo judío estaba en deportación: esclavo, sin libertad de movimientos, ni de su destino, ni de su Fe. Voz del Pobre: a los mendigos de la libertad, el Profeta de Dios anuncia la luz en las tinieblas, la libertad en la esclavitud... Voz del Preso: Si nosotros mendigamos la libertad, si sufrimos de servidumbre, cualquiera que sea su forma, esta Palabra es para nosotros. Mi voz: Cristo nuestra Luz-Niño del Portal, frágil presencia de Dios, en tu pobreza, enséñanos la ternura... Y vosotros todos: regocijaos, haced fiesta: es iNavidad! Regocijaos, haced fiesta, pero sabed por qué al menos... Esta noche nos hemos instalado en la fiesta. No se necesitan cosas, ni muchas ni pocas. Bastaría una simple taza de café, que no tendrá el mismo gusto que de ordinario. El sabor lo pone siempre el corazón ... E incluso si nosotros lo olvidamos, si nos instalamos también en la fiesta. Porque Dios, El, se ha instalado... en un establo. En un pesebre, tan pequeñito, piando de pobre. Pero alegre así en lo empobrecido, en lo por-diosero... pidiendo por Dios... Ese Dios-Niño ha intranquilizado ya el mundo, para los siempres de los siempres. iUn Dios, en un establo!. .. He ahí mismo el acontecimiento que contesta radicalmen– te los poderes establecidos y las certezas adquiridas. Más radicalmente que todos los discursos, sermones, que por otra parte no cambian gran cosa. Antes de su nacimiento Jesús ha comenzado por trastornar los proyectos de José y María. Una gran perturbación su venida. El perturba a los pastores, como inquieta al rey Herodes en sus sueños de reyezuelo despótico. Uno sólo no aceptó ser perturbado: el mesonero que rehusó recibir a José y María. El pasó al lado de Dios rehusando acoger a esta joven madre en el momento inminente del alumbramiento. No había comprendido que nunca se está más próximo de Dios que haciéndose próximo de los necesitados. En Navidad Dios trastorna no guardando su rango divino. Por eso la Navidad debe romper nuestras rutinas, nuestro confort, la «tranquilidad» de nuestro orden establecido... Esta tarde-noche de Navidad la aventura comienza. Es divina. Es el comienzo del gran trastorno divino al que Jesús se va a entregar durante 33 años. EL NIÑO-DIOS Decía una mamá: Ahora que son grandes los hijos, se me escapan. Y estoy triste». Como si se fuera propietario de sus hijos. Incluso de pequeñitos... Así Dios. Dios se hizo un niño que reía y lloraba. El que el cielo y la tierra no pueden abarcar se hizo «hijo de los hombres»: todo debilidad, todo dependencia. 221

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