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P. Eusebio Villanueva menos... No es cuestión de reparaciones o maquillajes, es asunto de re-generación .. . No se puede seguir caminando a lo loco sobre un tren loco sin dirección y sin frenos .. . Hay que salir de las crisis, pero no a cualquier precio humano... Eso no es ninguna aurora económica, sobre todo para los más pobres... El progreso supone más y mejores cacharros electrodomésticos y demás del supercómodo vivir, pero también más barrios-dormitorios, más montones de basura, más estrés, más frustraciones, menos convivencias, más carrera de consumismo para acallar la sed de felicidad ... Nos hemos ido hartando poco a poco, que es la peor manera. La cultura del consumismo nos devora en cuerpo y alma. Contrariamente a lo que se esperaba, el hombre no sólo busca: su pan, su pareja y su cubil. Ni siquiera «adornados». El hombre está fabricado y busca algo más profundo y algo más lejano... REALIZARSE como persona y como hijo de Dios. Y en solidaridad humana de Comunidad. El bienestar de cada uno, no depende principalmente de la cantidad de mercancías producidas, sino de aquello que se produce, de cómo se produce y de para quién es producido... La solución nunca será santiguarse y hacerse a un lado. Sino servir al hombre, a todo ser humano y el progreso técnico como medio, nunca impíamente como fin ... Nietzsche decía: «la piel de la tierra padece una enfermedad denominada hombre». Pero la enfermedad no es el hombre, sino sus ambiciones y avaricias a toda costa. Siempre quiere más y más. Sufre por lo que le falta, más que lo que goza por lo que tiene. Y eso mete en la misma «carrera» de las ambiciones con todas las consecuen– cias que ahora sufrimos, especialmente los pobres, los marginados de la vida... Y ahora comprendemos el por qué de esa ronda diaria en los centros de asistencia, donde se ven las «llagas» del Señor de los pobres. Son las víctimas del progreso. A las 12'30 se presenta una pareja joven: él y ella. Cansados, con unas bolsas como toda pertenencia y un bolsón de mudas. Humildad no virtuosa, sino humilla– ción, en los gestos y en las palabras de los que se sienten en apuros serios... Esto me duele hasta la ira contra el mundo de soberbias, que va humillando a los que primero empobrece de todas las pobrezas. Y uno recuerda el aborto de esos discursos de campaña política de todos -digo todos- los politicastros de las derechas y de las izquierdas y de los centros, y se acuerda -con perdón- de la «tierra» que los parió. Sólo les preocupa SU poder, Su partido, su cocido «entero». Los pobres a los albergues y a las residencias-muriendas y a las cárceles. Ya les enviaremos sus «abastos» de «pan y agua» ... Esta España que se desangró por las cunetas en su guerra incivil, donde sus muertos caían de dos en dos [dos eran los frentes] Y ahora se desangra por su mundo laboral y asistencial ... y que está sembrando el dolor en las memorias. Y uno siente respiro por esa organización «Caritas» eclesial, que si no puede llegar a todos sí alcanza a muchos... a través de presencias asociativas católicas de servicios voluntarios... No les pregunto nada de lo que tengo ya obligación de adivinar dentro de esta sociedad nuestra sacamantecas... Les animo a hablar con la asistente social de aquí... Les hago las camas y ¡Buenas noches!, amigos... Llaman del Hospital de Jove a la 1'15. Preguntan si pueden enviarnos un señor, ingresado allí con síndrome etílico. Ya se ha recuperado pero no tiene dónde ir... A mi respuesta afirmativa me dicen que se ponen en comunicación con la Policía para que vayan a recogerlo. Esperé largamente. Pero no vinieron con él. Me comunican 204
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