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que los párpados no cierra, aunque fueran ojos de mala cuna. Las cimas, ¡ah! las cimas ... Las cimas están en el corazón de las cosas. Las nieves eternas -tan blancas, tan frias– están en el corazón de las cosas ... La más grande Pobreza -tan blanca– y el más grande Poder -tan frlo- están en el centro de la Explotación Económica. LA EMPRESA La Empresa es un mundo con su "dentro" y con su "fuera". Un clima, que la fábrica genera y por el barrio extiende su fundo. Es una lucha sin tregua, -sorda lucha concurrente- bajo una ley troglodita de torrente: "aumentar o desaparecer", asociada, integrada o devorada, fortaleciendo el destino propio con el ajeno perecer. Por eso, la ganancia ha de ser su ética inclemente y azotada, y no la humana necesidad justificada. Ley de la selva en esta jungla tupida, donde se ha de competir a alma partida, donde si no aplastas, te aplastarán de por vida. La Empresa es un mundo con su "dentro" y con su 'fuera". Mirando con los ojos cerrados de sus ventanales a lo largo de las aceras de sombras y rencores, sembradas codo a codo en los marginales arrabales, trajinan incansables fábricas y talleres ... Rectángulos prefabricados, monumentos de ladrillo, largos muros de ''pintadas justicieras" y de ruidos, inmensamente dominadoras por los suburbios; y sobre los tejados, entre humos y polvillo, torres de chatarra y pararrayos, las chimeneas, centinelas de la luna y los destinos. 71