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Tu quieres apartar con tu mano paternalista y endeble este "barro" que me tiene prisionero, que me engulle adentro ... ¡ Es absurdo! Yo no tengo más que tomar esa mano sucia, pero tomarla es absurdo. Pues tomarla es mirar al mundo. Ahora bien, vuestro mundo es absurdo ... ¡Oh tú, dulce musa-opio, aléjate de m[!, tú, que acaricias mi cuerpo de espasmos mientras lloras ... Contén tus lágrimas, ellas se mezclan con mi "barro". Mezclar las lágrimas y el "barro" es absurdo. El "barro" existe, se le ve, se le siente, se le gusta. Se habitúa uno. Es bello a veces el "barro". Entonces el "barro" no es absurdo. ¡Gracias! Sociedad dominadora ... EL "ADORADOR" Guardad vuestro dinero, guardadlo, burgueses, para verlo cada tarde al f ando de vuestras cajas fuertes y recontar febriles los f asclculos en billetes de mil. Guardad vuestro dinero, guardadlo, burgueses, para musitarle las palabras zalameras, que callais a vuestro perro; para adorarlo más que a una mujer, y más que a un familiar y mejor que a un Dios lejano. Guardad vuestro dinero, guardadlo, burgueses, para congelaros a su llama para resecaras como hirsuto bacalao, y hacer lamentarse a vuestro Dios, el moribundo de los Olivos, el vendido por treinta denarios, 107