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102 En sus alianzas con los poderes establecidos han garantizado la injusta continuidad de una sociedad acatadora hipócrita de su palabra "Madre y Maestra" y sus voces de sacristías caídas en desuso; reaccionando ante todo problema humano primero y principalmente en forma doctrinal. Como si el sufrimiento del mundo se conociese y remediase através de las Encíclicas Papales. Aceptando privilegios y honores, como las otras autoridades de poder civiles, culturales y militares, han terminado bendiciendo las políticas de los unos y justificando las guerras de los otros, luchas fratricidas entre sí por un ideal a veces ya muerto y rechazado. ¡Cuántas veces su "Verbo" se hizo Ley y ya no habitaba entre nosotros! Con frecuencia las Iglesias han hablado, han enseñado una fecunda "doctrina social". Pero la sola palabra "valable", que hoy "significa" algo es la acción, el riesgo tomado, el ejemplo dado. Que es fácil hablar y lavarse las manos, como lo hizo el Pilatos; "hemos cumplido nuestra tarea". Pero ellas no se han convertido, no han dado su vida, no han arriesgado su alma, por liberar a los oprimidos... En el corazón de la ideología religiosa se encuentran compromisos, como espada de doble filo: que pueden liberar y también esclavizar, salvar