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cristiano puede hacerse. Expresamente: que todos los hombres son iguales delante de Dios, y que el ser humano tiene respon– sabilidad referente a sus hermanos y hermanas, no importa en qué medida puedan parecer extranjeros o inferiores. Existen ejemplos notables de tal defensa. Entre ellos podemos nombrar la reivindicación exitosa que lograron los misioneros durante la gobernación de Diego de Rebolledo, en 1650, cuando los indios Apalaches fueron obligados como trabajadores esclavos a acarrear el maíz y otros productos entre varios puntos de la Provincia. Semejantes a los forjadores de los documentos fundamentales de nuestra nación, siglos después los eclesiásticos de La Florida reconocieron en Dios la fuente de la justicia y del derecho; en su ley, la regla suprema de la vida; en el destino que El ha reservado al hombre, la última norma conforme a la cual han de fijarse y determinarse todos los valores. Hubo un tiempo en el que la palabra de Dios era tan ampliamente reconocida en La Florida que los oficiales de frontera sentían la necesidad de un teólogo local y requerían del Rey que se lo enviase: «Es mucha la necesidad que tenemos de un teólogo-escribieron en 1578-para que él pueda darnos buen ejemplo.» Denuncia, análisis y revolución moral. El presente necesita recuperar los principios religiosos que hicieron a América gran– da y buena Es motivo de preocupación para nosotros, como miembros de esta nación que se dispone a entrar en su tercer siglo, el panorama inquietante que presente la actual cultura nacionaL Donde en otro tiempo había sentido de orden, de dirección y de propósito moral, encontramos hoy con demasiada frecuencia en la sociedad americana fluctuación a la deriva, sin metas y de in– diferencia moral. Somos nación poderosa, pero confusa. Hay agotamiento temporal del espíritu nacional. Las encuestas y los estudios revelan esta melancolía, esta desolación. Fuera de Estados Unidos puede resultar extrafio reconocer que los Obispos hablen así. El que creyera que a los Obispos también les alcanza el candor y el triunfalismo, que considere lo que a continuación mencionan en su análisis. Las razones inmediates se especifican en las respuestas que la población va dando, cuando se le pregunta sobre los motivos de la situación. Se mencionan éstas: Por primera vez Estados Unidos ha perdido una guerra: Viet– nam. Un presidente ha resultado depuesto; nuestro recursos naturales descienden: las quiebras son tanto económicas como 123

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