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autor de la libertad, a Tí cantamos: brille por siempre el esplendor de nuestra tierra con la sagrada luz de la libertad. Protégenos con tu poder, Dios Grande, nuestro Rey. Samuel F. Smith A la gentileza religiosa con que la ciudad terrena norteamericana canta el esplendor del alma y del paisaje de la Patria, bendecida por Dios, la Igle– sia-y las iglesias-corresponde con el culto de la oración patriótica que serenamente goza y guarda la libertad, la unidad y el amor al país: t14 Oh Dios, fuente de nuestra libertad y unidad, tu Verbo, en nuestra propia carne, anunció tu Reino y venció a la muerte. Amamos nuestra Patria, y amamos más aún lo que la fe con– templa: una vida de libertad y justicia para todos. Ayúdanos a ser signo auténtico como la Iglesia lo es del Reino valedero para este mundo presente y el futuro, y así afrontemos lo actual y lo porvenir. Te lo pedimos por Cristo. Amén. («Oración por nuestra Patria,» en las iglesias católicas, para el Bicentenario).