BCCCAP00000000000000000000538

86 P. JUSTO DE VILLARES, O. F. M. to, no temería mi corazón ; aunque se me diese la batalla, también estaría entonces tranquilo.– Una cosa pido al Señor, y esa procuro: habitar en la casa del Señor y visitar su santuario.-– Pues El me pondrá a seguro en su tienda el día de la desventura, me tendrá a cubierto en su pabellón, me pondrá en alto sobre una ro– ca.-Alzaré luego mi cabeza sobre mis enemi– gos, y ofreceré en su tienda sacrificios de júbi– lo, cantando y ensalzando al Señor". De este cántico se deduce qu..e la confianza en el Señor es un manantial de fuerza sobre– natural, y, por lo mismo, hemos de aumentarla y afianzarla cada vez más. j'Qué maravillas obraron los Santos apoyados en esta gran vir– tud! Recordemos á Moisés, J osué, Elías, los Apóstoles, San Gregario Taumaturgo, San Francisco de Asís, etc., etc ... La conformidad con la voluntad de Dios Es un principio de economía divina que to– do cuanto acontece en el mundo sea próspero o adverso depende de Dios Nuestro Señor; bien sea, porque El lo ordena directamente, bien porque lo quiere o lo permite. Y es asimismo cierto que todo lo dirige Nuestro Padre celes– tial con su Providencia fuerte y suavemente para bien de los elegidos. Apoyado en estos

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz