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LA ESPERANZA CRISTIANA 155 te y en Occidente" (5). De Pío XI es esta fra– se: El materialismo "embrutece y degrada al obrero, cuya condición se asemeja más que nin– guna otra a la del Divino Maestro" (6). Su Santidad Pío XII también condenó estas tres clases de materialismo: el técnico, jnrídi– co y social. Condenó el materfolismo técnico. El Papa no condena la técnica como tal técnica, porque sabe que el progreso técnico es un don de Dios. El Papa sólo condena que el hombre soberbio se haga dueño de ese don sin agrade– cérselo al Señor y, sobre todo, que se valga de ese don para destruir a sus hermanos. Y eso es lo que ha hecho el materialismo técnico (7). Condenó el materialismo jnrídico, porque: pri– mero, "atribuye una majestad engañosa a la pro– mulgación de leyes puramente humanas y alla– na el camino a una funesta separación entre la ley y la moral ; segundo, porque reclama pa– ra determinadas naciones o estirpes o clases el instinto jurídico como último imperativo e inapelable norma; y tercero, porque conside– ra al Estado o a un cierto número de personas que lo representan como entidad absoluta y suprema, exenta de control y crítica, aun en (5) Chflr. Christi, n. 9, ;p. üBtl. Col. cit. (6) Carta al Episcop. Mejicano, n. rn, p. 1.117 Col. cit. (7) RM., III-18, 17 (40B, 10), o. e

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