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15. Obstáculos en el camino de seguimiento de Cristo A los jóvenes no suelen gustarles los caminos fáciles y co– modones. Les agradan las carreras de obstáculos y se puede contar con ellos para el ejercicio físico arriesgado y meritorio. Los campeonatos olímpicos nacionales e internacionales, en más auge cada día, son la prueba de ello. San Pablo, con corazón perpetuamente juvenil, nos dic·e precisamente que, en la vida del espíritu, el camino del segui– miento de Cristo supone ejercicio activo y costoso, también es carrera con obstáculos en la que existen normas reglamenta– das -Mandamientos y consejos evangélicos-, posibilidades de fracaso -tentaciones-, y, al final, la descalificación o el premio -infierno o gloria: «¿No sabéis que los que corren en el estadio corren todos, pero sólo uno recibe el premio? Corred de este modo para conseguirlo. Todo atleta se impone muchas privaciones; ellos lo hacen para conseguir una corona corruptible; nosotros, en cambio, por una incorruptible. Yo, pues, corro, no al azar; lucho, no como quien azota el aire, sino que mortifico mi cuerpo y le escla– vizo y sujeto, no sea que después de haber predicado a los demás sea yo descalificado.» (I Cor 9, 24-26). 1.-Llamamiento de todos los cristianos a la santidad oplenitud de vida en la caridad Repasa las lecciones 3.a y 4.a. Decíamos en ellas que Dios, al darnos como modelo a Jesucristo, quiere que lleguemos a la perfecta imitación y unión con El, por la caridad. Lee también el Capítulo V de la Constitución: Iglesia. En él en– contrarás expuestos, con claridad y precisión, los siguientes principios fundamentales: - todos en la Iglesia están llamados a la santidad, «porque ésta es la voluntad de Dios: vuestra santificación» (/ Tes 4, 3; Ef 1, 4). - Jesús es el Divino Maestro y Modelo de toda perfección; y 140
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