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13. los consejos evangélicos y Mandamientos de la Iglesia Nos dice el sentido común que Dios, como Creador, debe desear que los seres humanos lleguen a la perfección. Hemos visto ya, en las lecciones 3. ª y 4. ª, que Di os, al pro – ponernos a su divino Hijo como modelo, qu iere que ie imite– mos y nos identifiquemos con El; que consigamos la santidad , pues , «nos eli gió para que fuésemos santos» (Et 1, 4) y «esa es la voluntad de Dios, nuestra santificación» (/ Tes 4, 3) . Para que más fácilmente lleguemos al Padre por el camino de Jesucristo. Este, además de ratificar y perfeccionar los Mandamientos, nos ha dado sus consejos evangélicos, que son norma de mayor generosidad y perfección. Y, por otra parte, mediante el cumplimiento de su promesa , el Espíritu Santo ilumina y asiste a la Iglesia, aseg urando su magisterio infalible y su poder legislativo. La Iglesia , por lo tanto, nos da sus Mandamientos, leyes y consejos para iluminar y renovar nuestra fe y orientar nuestra conducta según las circunstancias de cada época . Por fidelidad a Cristo y su Iglesia, nos corresponde el deber de estudiar con diligencia y recibir con docilidad sus mandatos y enseñanzas. Esto es procurar, como nos aconseja el Concilio Vaticano 11 , sentirnos Iglesia. 1.-EI Espíritu Santo y su acción en la Iglesia A la promesa que hizo Jesús a sus Apóstoles en la última Cena, de que «rogaría al Padre y El nos daría otro Abogado para que per– manezca siempre con nosotros, el Espíritu de verdad... El Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, os hará comprender cuanto os he dicho» (Jn 14, 15 ss), sigue el cumplimiento de la misma: su venida sobre el colegio apostólico de un modo simbólico, aunque visible y real, posándose sobre ellos en forma de lengua de fuego y «todos quedaron llenos del Espíritu Santo» (Hech. 2, 1 ss). Su acción desde entonces en la Iglesia, es iluminadora, santifi – cante, fortalecedora ... 120
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