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Habéis sido, en efecto, compra dos a precio ·- con la Sangre de Cristo-; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo.» (I Cor 6, 13-20). Se impone, por lo tanto, la pureza de alma y cuerpo por su con– dición sagrada de miembros de Cristo y templos de Dios. Es preciso orientar todo el ser humano: alma y cuerpo hacia la plen itud, limpieza y alegría del verdadero amor, que proviene del Espíritu . <<Así como pusisteis vuestros miembros al servicio de la impureza v de la iniquidad, así ahora poned vuestros miembros al ser– vicio de la justicia, para conseguir la santidad.» (Rom 6, 19) 4.-Respetar, por caridad, los bienes del prójimo . .. (7 .º y 10.º Mandamientos) La Const. Iglesia y Mundo, en su n. 0 17, ampliando las nocio– nes que ya teníamos por el Catecismo de estos dos Mandamientos, nos aconseja: - no olvidar que la propiedad, como las demás formas de do– minio privado sobre los bi enes exter iores , contr ibuye a la fo r– mación y expresión de la perso na y le ofrece ocasión de ej ercer su función res ponsa bl e en la soc iedad y la economía - advertir que la pro piedad privada asegura a cada cual una zona abso lutamente necesaria para la autonomía pe rson al y fa– mil iar y deben ser considerados como ampliación de la li bert ad humana - que la propiedad privad a no es incompatible con las diversa s formas de propiedad pública exi stentes - que dicha propiedad privada tiene también , por su misma na – turaleza , una índole social, cuyo fundamento reside en el destino común de los bienes - que es deber de justicia el procurar una distribución equitativa entre todos los miembros de la gran familia humana - que no solamente debemos respetar, sino acrecentar y facili – tar la justa distribución de los bienes que el Creador ha puesto a disposición de todos los seres humanos. 5.-Lealtad y veracidad por caridad mutua (8.º Mandamiento) Bastaría la ética natural -escribe el moralista Hari ng- para com– prender que fa verdad es el fu ndamento de toda moral. Que el sc-H, co n sus valores, sólo brilla ante el espíritu en el seno de la verdad . 11 4