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2.-Amor práctico y efectivo a la vida del prójimo Una nueva parábola: la del buen samaritano, que, superando en caridad a los servidores del templo y conocedores de la ley, recoge al hombre herido y robado en el camino de Jerusalén a Jericó, le cura provisionalmente, le conduce a una posada y se ofrece a pagar los gastos que el malherido ocasi one. (Le 10, 25-37). Con ella el Divino Maestro nos enseña quién es nuestro prójimo y cómo se debe practi ca r la misericordia y caridad con los que lo precisan. Nos enseña asimismo, con su ejemp lo: - a perdona r, llegando a condicionar nuestro perdón al que nos – otros otorguemos : «perdona, Señor, nuestras deudas, así como nosotros perdonarnos .. .» {Mt 6, 5-12) - a no vengarnos, litigar ni reñi r, antes bien, practicar la bondad y mansedumbre (Mt 5 , 38-42) - llega a aconsejarnos el amor y la oración por los enemigos, por los que nos persiguen y calumnian (Mt 5, 44) - a practicar todas las obras de misericordia (Mt 5, 7 ss) - en fin , a preocuparnos del bien espiritual y corporal de nuestro prójimo con palabras y obras, hasta el punto que se pueda decir de nosotros, como de El, que «pasamos por. el mundo haciendo el bien» (Act 1O, 38). 3.-Pureza de alma y cuerpo (6.º y 9.º Mandamientos) Cuando Dios creó al hombre lo hizo «a su imagen y semejanza» (Gén 1, 27). Y, como el ser humano -tanto el hombre como la mujer– constituye una unidad substancial de alma y cuerpo, en la una y en el otro deben continuar reflejándose la imagen y semejanza con Dios: su belleza, su pureza, su bondad. a) En cuanto al alma, Jesús nos pide una limpia elevación de pensamientos y deseos que purifiquen cada vez más el verdadero amor, liberando nuestro corazón de egoísmos y apetencias carnales. No sólo se comete la impureza corporalmente, sino con los malos deseos que Jesús prohibe: 112 «Fue dicho: «No cometerás adulterio -o fornicación-» . Pero yo os digo: