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11 LOS MANDAMIENTOS DE LA LEY DE DIOS • 111) Amor de nosotros mismos. Amor al prójimo En las dos lecciones antecedentes hemos hablado del amor de Dios y del amor a Dios. Fue el mismo Jesús quien dejó bien claramente establecido que, aunque el primero y mayor de los Mandamientos era el amor a Dios, el segundo es semejante a aquél: «amarás al prójimo como a ti mismo». (Mt 22, 28). En ésta y la siguiente vamos a ver lo que nos ha dicho Jesús acerca de la práctica del amor a nosotros mismos y a los demás, como consecuencia de la posesión y fruto del amor de Dios en nuestros corazones. San Juan se muestra lógico y tajante en cuanto a la exigencia de la caridad y su manifestación en el amor al prójimo: «Si alguno dijere: Amo a Dios, y odia a su hermano, es un mentiroso; porque no amando a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios, a quien no ve. Este es el mandato que hemos recibido de El: Que quien ama a Dios , ame también a su hermano». (I Jn 4, 20-21 ). A fin de que el estudio resulte más fácil y ordenado, segui– remos, en la exposición de los temas de estas dos lecciones, el tradicional orden de los Mandamientos. 1.-La familia en el plan de Dios (4.º Mandamiento) El primer libro de la Sagrada Escritura -Génesis-, nos refiere que Dios, depués de haber creado al hombre, a fin de que no estu– viera solo, le dio una compañera; y a los dos la facultad de crecer y multiplicarse: de tener hijos, y, de ese modo constituir la primera familia humana. Es una muestra de amor divino su deseo de evitar la soledad del hombre; dándole compañera e hijos le capacita para la vida sociable, librándole del peso de la soledad. 2.-L~ familia es sagrada Pero Dios ha hecho mucho más que solucionar bondadosamente la dificultad de la soledad del hombre. Ha elevado, del plano natural, 100
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