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H6 P. DA VID DE LA CALZADA to estuvieron de adorarle por dios. Y, entre temerosos y fascinados, se acercaron a él para ver más de cerca el pro– digio de aquel fuego misterioso, que parece que le brota– ba de entre los dedos. Consiguió su objetivo. Le fue perdonada la vida, y él, agradecido, deshizo un paquete que llevaba en su equi– paje, y se desparramaron por el suelo una porción de ca– jas de fósforos, con que fue obsequiando al cacique y a to– dos los de la tribu. El explorador les enseñó el procedi– miento, y eran de ver la algazara y los sustos de los indios cuando aprendieron a encender los fósforos. "El hombre de la luz", había convertido a aquellos pobres salvajes en en otros "hombres de la luz". En este mundo caótico, de errores y de tinieblas, hay un hombre excepcionfll que, irguiéndose en Roma sobre la cá– tedra de Pedro, frente al mundo errante y en sombras, pue– de decir con plena conciencia de sus valores: Yo soy el hom– bre de la luz, el maestro de la verdad. La asistencia espe– cialísima del Espíritu Santo, hace imposible en mí el error o la equivocación en materia de fe y de costumbres. Pero puedo haceros también a vosotros otros "hombres de la luz", depositando en vuestras almas las verdades lumino– sas de la fe. Saquemos la sencilla consecuencia. Cuando se trate de orientar nuestra vida hacia el fin supremo, propuesto por Dios, no nos fiemos mucho de nuestra inteligencia, que tan– tas veces nos engaña; no nos fiemos mucho de los eminen– tes pensadores y filósofos, que en tan crasos errores han caído a lo largo de la historia. Fiémonos, sobre todo, de la revelación, de la fe, y de ese hombre excepcional y único, a quien Dios ha concedido el don excelso de la infalibilidad para seguridad nuestra. Ese hombre vestido de blanco, como la verdad. Ese hombre que es hoy, como ayer, el auténtico "hombre de la luz". Recibiendo sus santas y luminosas enseñanzas, y aca– tándolas con humilde adhesión de nuestro espíritu, por la posesión de la verdad auténtica, también nosotros nos con– vertiremos en "los hombres de la luz".

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