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7ti DÍA 15 concluído. Todavía quedaba lo más her– moso por hacer: su .Coronación. - Reina por voluntad de Dios, Reina por sus méritos, Reina por aclamación de los ángeles, arcángeles, patriarcas, profetas, mártires, confesores y vírgenes, que tienen puesto su honor en esta virginal realeza, había necesidad de proclamarla de una ma– nera solemne, y esto fué lo que se hizo en el Cielo, en seguida de su recepción. Cuando María Santísima llega a presen– cia de la Trinidad Beatísima, cae de rodi– llas, y con un acto de adoración, la más profunda y grata que, después de la de Je– sús, había recibido la Divinidad. quiso la humilde Virgen agradecer cuantas mercedes y privilegios le había otorgado el Señor. Pero no se había acortado la mano de Dios. De modo que, como gracia final, la Santísima Trinidad la sublimó, ciñendo sus sienes con corona de Emperatriz. El Padre le hizo obsequio de su poder; el Hijo, de su sabiduría, y el Espíritu Santo, de su amor. Así adornada y enriquecida María, fué colocada a la derecha del Rey eterno, su Hijo, y después de proclamarla Reina y Señora de todo lo creado, las criaturas todas