BCCCAP00000000000000000000506
708 FUENTES PARA LA HISTORIA COLONIAL DE VENEZUELA 4.—Uno de estos últimamente llegados, el P. Salvador de Cádiz, que tan precisas y abundantes noticias da en sus relaciones de la mi- sión, afirma en la de 1725 que no pudo averiguar lo que en ella se había llevado a cabo los años 1702 a 1706, suponiendo había sido muy poco "a causa de la falta de operarios". Ahora, con el refuerzo de los que llegaron en compañía del P. Marcelino de San Vicente, se inició una era gloriosa de entradas a la reducción de indios y como consecuencia de fundación de poblaciones. Esas entradas se realizaron rara vez apostólicamente, es decir, el misionero solo, sin acompañamiento ni de indios ni de españoles, con gran peligro de la vida, como sucedió al P. Salvador de Casaber- meja y a otros. Casi siempre se hicieron con escolta de soldados y diferentes gentes que servían de resguardo y defensa al religioso. Ta- les acompañantes eran recompensados, según se dijo, con el reparto de los indios reducidos que les prestarían luego sus servicios durante algún tiempo. No obstante eso, los vecinos de San Carlos y Pilar de Araure se negaron durante los dieciséis primeros años de este siglo a acompañar a los misioneros en dichas entradas, por lo que éstas no fueron tan eficaces y fructíferas. Por otra parte los religiosos se veían obligados a ir predicando por ciudades y villas de españoles, a fin de conseguir limosnas para pagar a los soldados que iban con ellos. A eso se añadía que, no contentos con eso los vecinos de San Carlos y Pilar de Araure, molestaban a los misioneros e incluso promovían pleitos, haciendo que perdiesen el tiempo andando de uno a otro tribunal." Por eso y otras razones, ya por esos años o poco después se to- mó una importante decisión: "Habiendo especulado los misioneros de Caracas, Colección Laureano Villanueva, Archivador 3, Gaveta 1-22. Dicho P. Cádiz dice que en 1713 se agregó a esta misión el P. Gaspar de Roda, de la provincia de Catalufia. 25. Así lo expone el Prefecto P. José Francisco de Cádiz, en un memorial al rey, San Carlos, 15 agosto 1715 (AGI, Santo Domingo, 809). Eso movió al rey a mandar al gobernador se informase de los hechos y castigase a los culpables sobre todo a dos de ellos, principales promotores, y los desterrase de allí, por cédula fechada en Madrid, 29 marzo 1717 (AGI, Santo Domin- go, 880, Registro de cédulas, G-36, ff. 326-27). Los vecinos de San Carlos estaban obligados a prestar este acompañamiento a los misioneros; para eso había sido fundada la villa y a sus pobladores se les había concedido privilegios.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz