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292 LOS FRANCISCANOS CAPUCHINOS EN VENEZUELA la conversión de infieles son Piaroas y Yaruros; de los primeros hubo en la ribera oriental frente de San Borja, un pueblo llamado Patura que abandonaron los indios, y se huyeron a los montes. Raudal. El Padre Francisco González el año de 1747 fundó este pueblo en la ribera oriental, con el nombre del Raudal y título de San Juan Nepomuceno que conserva. Compónese de las Naciones Maipures y Atures, corno se reconoce al número 24 del estado 3 y ierinanece con tanta disminución de las primitivas Naciones, que los Atures no llegan a doce, y su fuerza consiste en los Yaruros. Dista de San Borja dos dios escasos corno queda dicho, y como es ci séptimo establecimiento (le las orillas del Orinoco, no tengo otra distancia que darle; no obs- tante advierto que dista dos dios de los otros raudales que llaman de los Maipures en cuyo espacio entran por la ribera occidental los nos Toma y Tupan, o sea Cubo. Su situación es al Este de los Raudales (le los Atures, a distancia de trescientas toesas del cauce principal del río, en sitio llano que dejan las abras de los cerros, que interpuestos en el diámetro del río forman los Raudales. Tiene dos puestos este pueblo a la parte del Norte de los Raudales, y uno a la del Sur de los mismos. Los primeros son, uno que llaman el Baradero que se reduce para entrar en él a buscar la canal barajando en verano una multi- tud de peñas que son desperdicios de los cerros, hasta coger una ense- nada que hace un alto monte. De este puerto hay (los caminos al pueblo, uno llano por sabanas descabezando ciertos morichales o sean cañadas quebradas que llaman en el país, que (lista más de una legua y otro por dentro de los morichales que está a tres cuartos. El otro puerto de la banda del Norte que se llama del pueblo, es seguir des- de el raudalito el cauce del río y al abrigo (le una Isla que es parte (le los raudales seguir hasta el principio de estos, con harta penalidad, pues allí se hace sentir (especialmente en invierno) el impulso de las aguas despedidas del choque de los riscos de los Raudales, y aun- que entonces se coge el pueblo a distancia de trescientas toesas de buen camino es preferible el otro para los que navegan con lancha, y solo las Curiaras de los Indios con sus canaletes lo superan con facilidad. Del pueblo al otro puerto de la banda del Sur, hay cosa de una legua de buen camino pero es menester atravesar en embarcación en todos tiempos, el río Catamapo, que en verano es tan crecido como el Tajo. Para los que navegan en lanchas, y quieren seguir Orinoco aguas arriba como nosotros, banda del Norte y conducir las piezas por tierra al pueblo, y de éste llevarlos al otro puerto de la parte del Sur de los Raudales, que hoy llaman Real, para allí volverlos a em- barcar. Las embarcaciones se tiran a fuerza (le brazos, las chicas con más facilidad que las grandes, y a estas se atan a popo y proa, fuer- tes cuerdas que llaman cabuyas con las cuales los indios Atures ma-
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